RUTA DE PERRERA-BARGAS-PINOS POLÍGONO. 13-01-2013

-CRÓNICA DE LA RUTA-

- Ya pasadas las fiestas navideñas y con ganas de dar pedales para así quitarnos los turrones y mazapanes acumulados, nos hemos juntado en este día frío donde los haya, un nutrido grupo de ciclistas, tantos así como 15: por un lado Óscar, Javier, Israel, Manolo Onieva, Manolo Fdez., Lobo, José, Camacho, Rocamora y Andrés, mientras que por otro Julián Presi, Emilio, Federico, Juan Carlos y un amiguete suyo.

- Eran las 9 de la mañana y hacía un frío de mil demonios, que acompañado con la humedad del ambiente y del aire fresquito, nos daba ganas de hacer "media vuelta arrrr" e irnos para casa, también el Presi nos animó a que si hacíamos una "fogatita" y con los restos del jamón nos dábamos un festín y un calentón y nos dejábamos de pasar calamidades. Pero no, pudo más el ímpetu y las ganas de salir a dar pedales en nuestras burras.

- Tomamos camino de Cobisa, con el jefe de ruta en la persona de Don Manolo Onieva (qué peligroooo) e íbamos como pajaritos helados, con más ganas de subir algo ya para poder entrar en calor. Discurrimos por el camino "público" que baja a la Pozuela, con un rodaje "alegre" para conseguir calentarnos, lo conseguimos con el subidón de la antena del Cerro de los Palos, que con su rampa de aúpa nos puso en nuestro sitio.

- Continuamos la marcha por el camino de las "piedras blancas", lo llamamos así por que tiene en los márgenes del camino piedras pintadas de blanco, también a fuerte ritmo hasta llegar a la bajada de la perrera. Esta vez nos tocó hacerla bajando, lo hicimos con precaución porque teníamos miedo a las chorreras y al barro suelto, pero naaaa, poco a poco según descendíamos fuimos cogiendo confianza y nos fuimos lanzando de lo lindo, bajando a toa leche, cómo debe ser.

- Nos reagruapamos junto a los perritos lindos que nos ladraban, eso sí al solecito como las lagartijas. Don Onieva, cogió las riendas y se encaminó por la autovía CM-40, estamos "locossss", no hay nada que se nos ponga encima.

- Subimos por el camino de lavaderos, para poco después de hacer la subida de asfalto, girar a la derecha para coger un camino nuevo que nos llevó a Bargas City en un santiamén. Dimos unas vueltas por la villa para juntarnos a tomar la golosina en la plaza del Ayuntamiento. Nos hicimos la fotito de turno, eso sí, nos costó encontrar fotógrafo dispuesto, porque aunque estaba la plaza llena de lugareños, eran duros de convencer para que inmortalizaran el momento, pero lo conseguimos y ahí esta la foto del grupo. Por cierto, qué estructura arquitectónica más chula tienen (como la encuentre algún chatarrero), qué pedazo de grifoooo tienen para el agua y la bargueña ni se movía.

- Salimos de Bargas para llegar a la Ciudad Imperial por la zona del cementerio, por cierto, aunque parezca mentira, pudimos ver un entierro de un chino, que sí de un chino, no se los comen ni na de eso, lo estaban enterrando con un nutrido grupo de chinitos acompañando el acto.

- Don Onieva nos hizo un recorrido la mar de divertido por la Vega, por el Tajo (algunos perdían aceite por aquí) y por Santa Bárbara revolutions... Siempre nos sorprendeeee, para finalmente encaminarnos a las veredas de los pinos del Eroski.

- Aquí cogió el mando Don Camacho, puesto que estamos en su hábitat natural, circulando por las bajaditas rechulis que hay por aquí, junto con las subiditas lindas cortas pero de aúpa. También se ha de destacar una pedazo de bajada que quitaba el hipo, parecía una bajada de la montaña rusa, uhiuhiuhiuhiiiiiii gritéééé, cómo imponía de verdad, pero bueno hay que bajarla para experimentar sensaciones fuertes.

- Subimos a Burguis por el guardarrailes sin  poner el pie en tierra en ningún momento, ya nos lo conocemos al dedillo, para que finalmente tras hacer la vereda de los militares a toa leche y la subida del montículo "grande", llegar a nuestra villa a las 13:10 en puntito.

- Nos cambiamos de uniforme y al poco rato estábamos tomando unas cañitas fresquitas, recordando el viaje realizado.

- Un saludito y a cuidarse.