-CRÓNICA DE LA RUTA-
- Pues para este día de peregrinación fresquito-fresquito, tuvimos a bien de juntarnos los siguientes 17 fantásticos: Óscar, Javi, Israel, Gerardito el Chico, Talega, José Ramón, Pedro Durán, Manolo Fernández, Wenceslao, Sigfredo, Andrés, Velasco, Jesús Regidor, Felipe, Rafa, Julián Ventas y Julián García-Patos.
- La apertura de la jornada tuvo como nota destacada el almacenamiento de bicicletas tanto en el monovolumen de Sigfredo, como en la furgo de Velasco, puesto que unos cuantos decidieron ir en coche hasta Manzaneque y así ahorrarse unos cuantos kilómetros. Eso sí, hay que decir que se echó en falta en el pelotón que salió desde Burguillos a un tal especialista en decoración en escayola con su super Specialized (queda dicho a petición de gran parte del pelotón).
- Como ya mencioné antes, la mañana pintaba pero que muy muy fresquita, los que volvimos a casa a por los manguitos no nos arrepentimos ni un segundo, mientras que los que no se lo llevaron e iban a pelo descubierto en los brazos (aunque se hacían los valientes) pasaron un frío del carajo. Así, así y así fuimos hasta Nambroca buscando los primeros rayos de sol mañaneros que nos fueron calentando poco a poco, a la vez que acelerábamos el ritmo para subir temperatura.
- La siguiente estación fue Pichilandia (Villaminaya), que al parecer estaban en fiestas y tenían muy decoradas la calles por las que fuimos pasando, eso sí, no se veía ni un alma (estarían de resaca).
- Llegamos a Manzaneque, yendo a un rodaje bastante alegre, vimos los coches aparcados de los que hicieron salida desde aquí y nos pusimos de nuevo en camino por la ruta del Quijote hasta el puente de río Algodor. Aquí algunos hicieron una paradita a cambiar el agua al canario.
- Durante este viaje hasta llegar a las casas abandonadas de una finca, se hizo un pequeño repaso a los problemas del país, buscando soluciones políticas, intentando arreglar el paro, metiéndose un poco con los maestros (yo por supuesto defendiéndolos), pero bueno cada uno veía la botellas medio llena o medio vacía según desde su punto de vista.
- En esta nueva parada Las Casas Abandonadas, paradita a reagruparse, cambio de agua al canario y de nuevo en marcha, eso sí, hay que decir que fuimos en la salida por el camino de la izquierda y no por el de la derecha (como otras veces) y nos llevó a Urda por un nuevo camino con pocas piedras, por lo tanto de mucho mejor rodaje y evitando la subida que hay antes del pueblo.
- Llegamos a la ermita, con entrada triunfal del señor amigo de los patos, allí nos encontramos con los otros compas del viaje, visitamos al Cristo, repusimos agua, hicmos la foto oficial de todo el pelotón y en un santiamén salió el grupo de nuevo a Burguillos, tan rápido fue la cosa que más de uno y de dos casi se queda en tierra solito pues se salió a toa prisa.
- Yo desde mi punto de vista, no me ha gustado eso de salir ya a toa-toa prisa con tantos kilómetros por delante (60km), puesto que pueden pasar muchas cosas (pinchazos, "pájaras", perderse, etc.) y hubiése sido mejor ir todos más o menos en grupo hasta Manzaneque por lo menos, pero bueno es lo que hay.
- En mis carnes pude sufrir un pequeño pellizco en mi rueda delantera, pero que al ser tubulers (que gran invento) se fue taponando poco a poco, eso sí, tuve que hacer un par de paradas a reponer el aire perdido. Todo esto ocurrió estando de nuevo en la finca de las casas abandonadas, donde también se produjo una llamada telefónica de Don Gustavo desde Urda ¿que donde estábamos? pues de vuelta ya..., debió ocurrir que nos cruzamos por la variante del camino nuevo.
- Así, Pedro Durán y yo fuimos rodando a un ritmo muy bueno hasta llegar de nuevo a nuestra querida villa de Burguillos City, eso sí, destacando que ya no sentíamos "el culo" de las molestias que teníamos después de tantos kilómetros. La hora de llegada fue las 13'30, con tiempo suficiente para que algunos se fueran a tomar unas cañitas y otros ver la salida de Alonso en la Fórmula I.
- Un saludito y a cuidarse.